Los láseres
de baja intensidad y otras formas de luz han sido estudiados y recomendados
para rehabilitación porque hay indicios de que este tipo de energía
electromagnética puede ser biomoduladora y facilita la cicatrización.
Los efectos clínicos de la luz parecen estar relacionados con el efecto directo de la energía luminosa, que realizan los fotones, sobre los cromóforos intracelulares en muchos tipos de células diferentes. Un cromóforo es la parte de una molécula que absorbe luz y confiere color y puede ser estimulada con energía luminosa para activar reacciones químicas. Para producir un efecto, los fotones de luz deben ser absorbidos por una célula diana para promover una cascada de fenómenos bioquímicos que afecta a la función del tejido.
Se sabe que la luz tiene un amplio abanico de efectos a nivel celular y subcelular, como estimular la producción de ATP y ARN, alterar la síntesis de citocinas implicadas en la inflamación e iniciar reacciones en la membrana celular al modificar los canales de calcio y la comunicación intercelular.
Entre los
efectos de los láseres y la luz encontramos los siguientes:
-> Aumento de la
producción de ATP. -> Aumento de la producción de colágeno. -> Modulación
de la inflamación. -> Inhibición del crecimiento bacteriano. ->
Favorecimiento de la vasodilatación. -> Alteración de la velocidad de
conducción y de la regeneración nerviosa.
Aumento de
la producción de ATP.
La función
principal de las mitocondrias, como central energética de las células, es
generar ATP que después puede usarse como fuente de energía para todas las
reacciones celulares.
La luz láser roja (632,8nm) y la LED (670nm) mejoran la función mitocondrial y aumentan su producción de ATP hasta un 70%. Parece que la luz lo consigue aumentando la producción de citocromo-C-oxidasa.
Este efecto sobre la producción del ATP parece ser la razón de los beneficios clínicos del láser, sobre todo en la estimulación de la cicatrización tisular y la reducción de la fatiga de la contracción muscular.
La luz láser roja (632,8nm) y la LED (670nm) mejoran la función mitocondrial y aumentan su producción de ATP hasta un 70%. Parece que la luz lo consigue aumentando la producción de citocromo-C-oxidasa.
Este efecto sobre la producción del ATP parece ser la razón de los beneficios clínicos del láser, sobre todo en la estimulación de la cicatrización tisular y la reducción de la fatiga de la contracción muscular.
Aumento de
la producción de colágeno
La terapia
láser y la fototerapia parecen mejorar la cicatrización tisular al promover la
producción de colágeno, así como la producción del ARNm que codifica
procolágeno. Se ha demostrado que la luz láser roja aumenta la síntesis de
colágeno y la producción de ARNm, y multiplica por tres o más la producción de
procolágeno.EFEC
Modulación
de la inflamación.
La radiación
láser puede modular la inflamación y se asocia a un aumento de la concentración
de prostaglandina-F2a, interleucina 1 e interleucina 8, y a un
descenso de la concentración del factor de necrosis tumoral. Es probable que
los cambios en el equilibrio de las prostaglandinas aumenten el flujo
sanguíneo.
La luz láser y LED en el rango de longitud de onda rojo a infrarrojo puede estimular también la proliferación de distintas células implicadas en la cicatrización tisular como fibroblastos, queratinocitos y células endoteliales.
La luz láser y LED en el rango de longitud de onda rojo a infrarrojo puede estimular también la proliferación de distintas células implicadas en la cicatrización tisular como fibroblastos, queratinocitos y células endoteliales.
Inhibición
del crecimiento bacteriano.
A la vista
de los resultados globales de la investigación sobre los efectos de la luz
láser en el crecimiento bacteriano parece que la luz inhibe, por lo general,
dicho crecimiento y que las longitudes de onda más eficaces son las de 670 a
405nm (rojo visible a azul). Solo se ha estudiad oeste efecto en longitudes de
onda por encima, pero no por debajo de este rango.
Favorece la
vasodilatación.
Algunos
expertos indican también que la luz láser puede inducir vasodilatación, sobre
todo de la microcirculación. Este efecto puede estar mediado por la liberación
de óxido nítrico preformado que aumenta por la radiación con luz roja.
Esta vasodilatación podría acelerar la cicatrización tisular al aumentar la disponibilidad de oxígeno y otros nutrientes y al acelerar la eliminación de productos de desecho de la región irradiada.
Esta vasodilatación podría acelerar la cicatrización tisular al aumentar la disponibilidad de oxígeno y otros nutrientes y al acelerar la eliminación de productos de desecho de la región irradiada.
Alteración
de la velocidad de conducción y de la regeneración nerviosa.
Algunos
estudios han observado un aumento de la velocidad de conducción en los nervios
periféricos, un incremento de la frecuencia de los potenciales de acción, un
descenso de las latencias sensitivas distales, una aceleración de la
regeneración nerviosa y una reducción de la fibrosis nerviosa en respuesta a la
estimulación láser, lo que indica un aumento de la activación del tejido
nervioso por la luz láser.
Estos efectos positivos aparecen como respuesta a la radiación láser sobre una zona de compresión nerviosa y aumentan al irradiar los segmentos medulares correspondientes.
Sin embargo, y al igual que en otros campos que aún están en experimentación con respecto al láser, hay estudios que indican hallazgos contradictorios, donde se observan efectos que disminuyen la conducción nerviosa, lo que indica un descenso de la activación del tejido nervioso; así como otros estudios en los que no han observado cambios en la conducción nerviosa en respuesta a la radiación láser.
Dados los datos disponibles en la actualidad, es necesario ampliar la investigación para aclarar los efectos de los láseres y la luz en la conducción nerviosa, así como determinar los parámetros específicos necesarios para lograr estos efectos.
Estos efectos positivos aparecen como respuesta a la radiación láser sobre una zona de compresión nerviosa y aumentan al irradiar los segmentos medulares correspondientes.
Sin embargo, y al igual que en otros campos que aún están en experimentación con respecto al láser, hay estudios que indican hallazgos contradictorios, donde se observan efectos que disminuyen la conducción nerviosa, lo que indica un descenso de la activación del tejido nervioso; así como otros estudios en los que no han observado cambios en la conducción nerviosa en respuesta a la radiación láser.
Dados los datos disponibles en la actualidad, es necesario ampliar la investigación para aclarar los efectos de los láseres y la luz en la conducción nerviosa, así como determinar los parámetros específicos necesarios para lograr estos efectos.
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BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
La
información escrita aquí fue extraída de:
Michelle H.
Cameron. (2013). Agentes físicos en rehabilitación. De la investigación a la
práctica. España: Elsevier.
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