Este síndrome es un trastorno frecuente y plantea problemas
complejos tanto de tipo diagnóstico como terapéutico. Consiste en la asociación
variable de una afectación vascular y otra de tipo nervioso.
Los vasos subclavios y los troncos del plexo braquial
discurren sucesivamente por varios espacios estrechos e inextensibles:
- El triángulo interescalénico, limitado por delante por el escaleno anterior que se inserta en la primera costilla y por detrás por el escaleno medio. Por este triángulo pasan la arteria subclavia y el tronco primario inferior originado de las raíces C8 y T1.
- La pinza costoclavicular.
- El túnel infracoracoideo por detrás del pectoral menor.
Algunas anomalías congénitas son susceptibles de reducir el volumen del desfiladero cervicotoracobraquial:
• una hipertrofia de los escalenos;
• bridas fibrosas que unen el vértice pleural con las
apófisis transversas de las vértebras cervicales;
• megaapófisis transversas que pueden prolongarse por
un tracto fibroso que se inserta en la primera costilla
• costillas cervicales completas o incompletas que
terminan en el borde superior de la parte media de la
primera costilla verdadera (anomalías frecuentes en la
población y a menudo asintomáticas).
Las causas adquiridas están representadas por las hipertrofias del escaleno medio de origen deportivo o profesional (trabajo con los miembros superiores en suspensión).
Por otra parte, los factores traumáticos (por llevar una carga o relacionados con el cinturón de seguridad) y psicológicos también intervienen en la aparición de los síntomas.
Por último, la pérdida de elasticidad de los tejidos con la edad explica la aparición de los síntomas después de los 30 o 40 años.
En ocasiones se plantea en mueres jóvenes (25-45 años)
ante la asociación variable de signos vasculares y
neurológicos.
El principal signo neurológico es el dolor
de tipo seudorradicular, que suele localizarse en los tres
dedos internos (territorio neurológico C8-T1), al que se
asocian parestesias con sensación de frialdad en los
dedos, calambres y tumefacción, así como debilidad y
reducción de la destreza de la mano.
El dolor dorsal alto
o del hombro puede contribuir a orientar el diagnóstico.
Los síntomas vasculares consisten en frialdad, cianosis y
calambres del miembro superior cuando se produce una
compresión arterial, así como edema y sensación de
pesadez del brazo si hay compresión venosa.
El dato
esencial de estos signos funcionales es su carácter
posicional: aumentan en abducción-rotación externa
(maniobra de «arriba las manos» de Roos, que es significativa si reproduce las parestesias al cabo de unos
segundos).
Maniobra de Ross. |
La exploración física consta de una exploración neurológica completa con la búsqueda de trastornos sensitivos objetivos en el territorio parestésico y de trastornos motores en la mano (músculos de la eminencia tenar e intrínsecos), aunque pueden estar ausentes.
Aparte de la maniobra de Roos, el signo más sensible es la aparición de los trastornos por la palpación del hueco supraclavicular en el punto de compresión.
Las pruebas de Adson (desaparición del pulso racial
en abducción-elevación del miembro superior) y de
Wright (abolición del pulso cuando el miembro superior
está en hiperabducción y rotación externa, con la
cabeza girada al lado contrario) son menos específicas.
Test de Adson. |
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