domingo, 28 de junio de 2020

FORMAS DE ESTUDIO DE LA ANATOMÍA







La anatomía es el escenario (estructura) en el que los sucesos (funciones) de la vida tienen lugar. 

En un sentido estricto e histórico, el interés básico de la anatomía es la estructura, aunque para que resulte una compresión real se necesita considerar conjuntamente estructura y función. La anatomía moderna es precisamente una anatomía funcional.


Las 3 principales formas de estudio de la anatomía son la regional, sistémica y clínica.



Anatomía regional


La anatomía regional considera la organización del cuerpo humano dividida en segmentos o grandes regiones, basándose en las formas o el tamaño que éstas tengan: un cuerpo humano dividido en cabeza, cuello y tronco, y miembros superiores e inferiores.
Todas las grandes áreas quedan subdivididas en regiones o zonas.



La anatomía regional también estudia la organización del cuerpo humano por capas: piel, tejido subcutáneo y fascia profunda cubriendo las estructuras más profundas de músculos, esqueleto y cavidades que contengan vísceras.


La anatomía de superficie es una parte esencial de la anatomía regional. Se explica qué estructuras existen bajo la piel, y cuáles son susceptibles de ser tocadas (palpadas) in vivo tanto en reposo como en movimiento.
El objetivo de este método es el de visualizar estructuras que contornean la superficie o que son palpables bajo esta y, en la práctica clínica, distinguir algunos hallazgos anormales o inusuales.



La exploración física es la aplicación clínica de la anatomía de superficie. La palpación es la técnica clínica para el examen de la anatomía viva. 


El estudio regional de las estructuras profundas y anormalidades en una persona viva es posible por medio de las imágenes radiológicas.

La anatomía radiológica aporta información útil acerca de las estructuras normales en individuos vivos así como su afectación por el tono muscular, fluidos corporales y presiones, y gravedad; la radiología diagnóstica revela los efectos del trauma, patología, y envejecimiento de estructuras normales. 




Anatomía sistémica


La anatomía sistémica reconoce la organización de los órganos del cuerpo en sistemas o aparatos que trabajan de manera conjunta para llevar a cabo funciones complejas; es, por tanto, un estudio secuencial de los sistemas funcionales del cuerpo.
Los sistemas básicos y su campo de estudio o tratamiento son: 




Los sistemas esquelético y articular (pasivos) y el sistema muscular (activo) constituyen un supersistema, el aparato o sistema locomotor (ortopedia), porque deben trabajar de manera conjunta para producir la locomoción del cuerpo. Aunque también otros sistemas están implicados de manera indirecta: las arterias y venas del sistema circulatorio aportan oxígeno y nutrientes y extraen los desechos, mientras que los nervios los estimulan para que actúen. De hecho, ningún sistema funciona de manera aislada.





Anatomía clínica


La anatomía clínica (aplicada) enfatiza aspectos de la estructura y función corporales que son importantes en la práctica de la medicina, fisioterapia y diferentes ciencias de la salud. Incorpora los enfoques regional y sistémico para el estudio de la anatomía y pone el acento en la aplicación clínica. 


La anatomía clínica a menudo implica invertir o revertir el proceso de pensamiento típicamente seguido cuando se estudia la anatomía regional o sistémica. 

Por ejemplo, en lugar de pensar “La acción de este músculo es…”, la anatomía clínica se pregunta “¿de qué manera se manifestaría la ausencia de actividad de un determinado músculo?”.
En lugar de notar, “el nervio… proporciona inervación a un área determinada de la piel”, la anatomía clínica pregunta, “la insensibilidad en esta área indica la lesión ¿de qué nervio?”.



BIBLIOGRAFÍA
Keith L. Moore, Arthur F. Dalley II. (2006). Anatomía con orientación clínica. México: Médica Panamericana.





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