sábado, 13 de junio de 2020

LÁSER - INDICACIONES CLÍNICAS

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Los láseres de baja intensidad y otras formas de luz han sido estudiados y recomendados para rehabilitación porque hay indicios firmes de que este tipo de energía electromagnética puede ser biomoduladora y facilita la cicatrización.

A continuación, mencionamos algunas indicaciones clínicas en las que el Láser ha demostrado tener influencia positiva en los pacientes.

Cicatrización tisular: partes blandas y hueso

Los escasos estudios sobre cicatrización del tendón y el ligamento obtienen en todos los casos resultados favorables. Sin embargo, los estudios sobre la consolidación de una fractura han obtenido resultados contradictorios; en algunos se ha mencionado la aceleración de la consolidación de la fractura o de los procesos fisiológicos asociados a la fractura, mientras que en otros no se han observado efectos, o incluso signos de retraso de la osificación tras la irradiación láser.

Parece que el láser de baja intensidad acelera la consolidación ósea al aumentar la velocidad de absorción del hematoma, la remodelación ósea, la formación de vasos sanguíneos y la acumulación de calcio, así como mediante estimulación de la actividad de macrófagos, fibroblastos y condrocitos, y aumento del número de osteoblastos y del volumen de osteoide y la cantidad de calcio intracelular en las células osteoblásticas.

Aunque se desconocen los parámetros terapéuticos idóneos para favorecer la cicatrización tisular, hasta ahora ha resultado más eficaz la luz roja o IR con una densidad energética entre 5 y 24 J/cm2.

Fases de la cicatrización de un tendón.

Artritis y artrosis

Los metaanálisis y revisiones de estudios sobre los efectos de la terapia láser en el dolor, la fuerza, la flexibilidad y la función de pacientes con artritis reumatoide y artrosis concluyen que hay suficiente certeza para recomendar esta terapia para alivio a corto plazo (hasta 4 semanas) del dolor y la rigidez matutina en la AR, aunque en la artrosis los resultados son contradictorios, ya que sólo 5 de los 8 estudios incluidos detectan algún beneficio.


Linfedema

Basándose en estos estudios, se recomienda que el tratamiento láser para el linfedema emplee una densidad de energía alrededor de 1,5 J/cm2 en un área total de 3 cm2 tres veces por semana durante 3 semanas en uno o dos ciclos.


Trastornos neurológicos

En general se ha observado que la luz IR puede ayudar a reducir el dolor asociado a este cuadro. La irradiación IR y roja es más eficaz también que el placebo para mitigar el dolor asociado a la neuralgia postherpética y en estudios preliminares se ha observado un mejor resultado funcional tras el ictus al aplicar terapia láser IR a la cabeza en las 24 horas siguientes al inicio del ictus.

Tratamiento del dolor

Muchos estudios han observado que la terapia láser y la fototerapia pueden reducir el dolor y la discapacidad asociados a una amplia variedad de trastornos osteomusculares distintos de la artritis/artrosis y la neuropatía, como la epicondilitis lateral, la lumbalgia y la cervicalgia crónica, los puntos gatillo y las mialgias de inicio tardío. Los efectos de la luz láser en el dolor pueden estar mediados por sus efectos sobre la inflamación, la cicatrización tisular, la conducción nerviosa o la liberación o el metabolismo de endorfinas. Los efectos analgésicos son más intensos por lo general cuando se aplica láser o luz a la piel sobre los nervios afectados o los nervios que inervan la zona del dermatoma afectado.


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BIBLIOGRAFÍA
La información escrita aquí fue extraída de:
Michelle H. Cameron. (2013). Agentes físicos en rehabilitación. De la investigación a la práctica. España: Elsevier.


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