Cada fibra muscular está rodeada por una fina red de fibras reticulares (endomisio). Se encuentran agrupadas en paquetes entre los que encontramos estructuras de tejido conjuntivo (perimisio), vasos y nervios. Todo el músculo está recubierto por una vaina de tejido conjuntivo (epimisio), que se continúa con el tejido conjuntivo que rodea a los paquetes de fibras y a los tendones.
A la membrana celular se le denomina sarcolema, mientras que el citoplasma de las células musculares se denomina sarcoplasma. Las fibras musculares contienen escaso citosol, y la gran mayoría del citoplasma está ocupado por unas estructuras complejas denominadas miofibrillas. Las miofibrillas son haces de proteínas elásticas y contráctiles que llevan a cabo la función de la contracción.
Las fibras musculares contienen un extenso retículo sarcoplásmico, cuya función es concentrar iones calcio. En íntima asociación con el retículo sarcoplásmico, están los túbulos T o túbulos transversos, que permiten que el potencial de acción que se origina en la superficie de la célula en la placa motora se propague hasta alcanzar el interior de la fibra.
Las cisternas del retículo sarcoplásmico se asocian con los túbulos T formando una estructura conocida como triada que es fundamental para la contracción muscular.
El resto de estructuras que encontramos en el escaso citosol entre las miofibrillas son mitocondrias, aparato de Golgi, gránulos de glucógeno y depósitos de triglicéridos.
Las mitocondrias son las responsables de generar la principal molécula energética, el ATP.
Durante este proceso gran cantidad de energía química es captada por el ATP. Además, el sarcoplasma contiene mioglobina en solución, proteína que se une al oxígeno y es en parte responsable del color rojizo del músculo.
Mitocondria. |
Las miofibrillas son las estructuras contráctiles de la fibra muscular. Cada fibra muscular contiene más de 1,000 miofibrillas. Cada miofibrilla a su vez está compuesta por proteínas de diversos tipos:
Proteínas contráctiles: actina y miosina.
Proteínas moduladoras: Tropomiosina y troponina
Proteínas gigantes accesorias: titina y nebulina, las cuales confieren al músculo la elasticidad.
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